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Diez docentes fueron removidas del Colegio Guadalupe Victoria en Monclova por portar tatuajes visibles. La escuela no ha dado explicaciones, mientras crecen las denuncias por discriminación y abuso laboral.
Diez mujeres se quedaron sin trabajo por tener tatuajes. El Colegio Guadalupe Victoria, con formación en valores cristianos, decidió despedirlas bajo el argumento de que “no son un buen ejemplo para los alumnos”. El hecho ha provocado indignación entre padres, alumnos y defensores de los derechos laborales en Monclova.
La dirección del colegio no ha ofrecido ninguna postura oficial. Este medio acudió a las instalaciones para solicitar una entrevista con la madre superiora, pero se negó el acceso. Hasta ahora, la institución ha guardado silencio, mientras crecen las críticas por su falta de apertura y transparencia.

Las maestras afectadas aseguran que jamás fueron cuestionadas por su desempeño en el aula. “Nos señalaron únicamente por cómo lucimos. Nosotras enseñamos con el corazón, no con la piel”, expresó una de ellas. Varias están considerando acudir ante la autoridad laboral por despido injustificado y discriminación.
El Colegio Guadalupe Victoria fue fundado en 1948 con una misión evangelizadora y educativa. Durante décadas se ha presentado como una institución de formación integral y valores. Sin embargo, lo ocurrido abre un nuevo debate sobre los límites de esas convicciones frente a los derechos individuales.
La pregunta resuena con fuerza: ¿puede una institución formativa marginar por apariencia en pleno siglo XXI? Mientras la escuela calla, las maestras enfrentan las consecuencias de una decisión que, para muchos, refleja prejuicio más que valores. La comunidad sigue esperando respuestas, pero, sobre todo, justicia.