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Alerta sector privado: reducción de jornada laboral pondría en jaque a las MiPyMEs mexicanas

La propuesta para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales podría tener consecuencias severas para las micro, pequeñas y medianas empresas, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado. El ajuste implicaría un aumento de hasta 36% en los costos laborales.

De acuerdo con el organismo del Consejo Coordinador Empresarial, seis de cada diez trabajadores formales en México laboran más de 40 horas a la semana. Si se aprueba la reforma, muchas empresas tendrían que asumir pagos extra, contratar más personal o renegociar sus condiciones laborales actuales.

“El mayor impacto lo tendrán las MiPyMEs, que sostienen buena parte del empleo nacional. Para ellas, el cambio sería profundo y costoso”, advirtió el CEESP. Esto podría derivar en recortes de personal, menor contratación o incluso cierre de operaciones, especialmente en regiones con baja productividad.

El CEESP recordó que las empresas ya enfrentan aumentos en el salario mínimo, cuotas por pensiones y vacaciones prolongadas. Sumar otra carga podría frenar su capacidad de generar empleos. “Estamos viendo una acumulación de costos que no siempre viene acompañada de mayor productividad”, afirmó el organismo.

A este panorama se suma la incertidumbre generalizada: inseguridad, servicios públicos deficientes y la desaparición de organismos autónomos. Todo ello, según el CEESP, erosiona la confianza y dificulta el trabajo del sector productivo formal que ya carga con demasiadas presiones.

Datos del IMSS señalan una caída de más de 26 mil patrones registrados en abril respecto al mismo mes del año pasado. Menos empleadores significa menos empleos formales, menos seguridad social y más personas obligadas a vivir de la informalidad o del autoempleo precario.

Por ello, el CEESP llamó al gobierno a generar un entorno que favorezca el empleo formal. “No se trata solo de legislar mejores condiciones, sino de asegurarse que existan las condiciones para cumplirlas sin sacrificar empleos”, apuntó. También sugirió escuchar a las empresas antes de tomar decisiones estructurales.

Para el centro de análisis, el bienestar y la reducción real de la pobreza solo se lograrán a través de un empleo formal fuerte. Sin apoyo al sector productivo, cualquier reforma corre el riesgo de convertirse en un arma de doble filo para millones de trabajadores mexicanos.